B de Boxeo - Jake LaMotta
B de Boxeo…por César del Campo de Acuña
Hoy les voy a hablar de otro de
esos boxeadores que pasaron a la historia tanto por su desempeño en el
cuadrilátero como por su vida fuera de él.
¿De quién hablamos?: de Giacobbe La Motta, Jake LaMotta, un boxeador estadounidense de origen italiano nacido el 10 de julio de 1921 en el Bronx, Nueva York.
¿Por qué le recordamos?: Los aficionados al boxeo le recuerdan
fundamentalmente por sus apasionantes peleas contra Sugar Ray Robinson y por llegar a ser Campeón Mundial del Peso Medio. En la cultura popular es muy
conocido gracias a la fantástica interpretación que hizo Robert De Niro de el en la sensacional película de Martin Scorsese, Toro Salvaje (1980).
¿Qué fue de él?: Se retiró definitivamente del boxeo en 1954.
Durante los años posteriores a su retirada fue propietario de un club nocturno
llamado Jake´s LaMotta, fue
humorista durante un tiempo, paso algún tiempo en la cárcel por presentar a
hombres adultos a menores en Miami,
apareció en 13 películas (aunque en IMDB
tiene 17 acreditaciones como actor), regento un bar y escribió su propia
biografía la cual luego sería llevada al cine por Scorsese. Falleció el 19 de septiembre de 2017 a los 95 años de
edad.
¿Sabías Que…?: la infancia de Jake
LaMotta, como la de muchos otros púgiles, no fue nada fácil. Se crio en el
durísimo barrio del Bronx y allí recibía
palizas prácticamente a diario por parte de los otros chicos del barrio (era un
niño bajito, flaco y debilucho). La cosa cambio cuando su progenitor
(siciliano, para más señas) le dio un picahielos para que se defendiera unido a
una frase: “o aprendes a defenderte, o terminaran matándote”. A media que
comenzó a usar el arma punzante, los chicos dejaron de meterse con él, pero él
nunca dejo de meterse en problemas, de hecho, en uno de sus atracos de ratero
callejero acabo matando a golpes (con una barra de hierro) a un librero llamado
Harry Gordon. La noticia le causó
gran impacto, pero en lugar de enmendar sus actos siguió por el mismo camino.
Finalmente es detenido a los 16 años en uno de sus robos y encerrado en un
reformatorio.
Aunque tenía cierta destreza por
lo bien que se desenvolvía en las diferentes peleas callejeras en las que había
tomado parte, no comenzó a boxear hasta los 18 años, cuando salió del
reformatorio y volvió al barrio con el objetivo de redimirse. Su preparación
comenzó en el gimnasio de Mike Capriano.
En poco tiempo (marzo de 1941 a agosto del mismo año) demuestra tener aptitudes
para el boxeo tras 15 combates de los cuales gano 14 y terminando uno de ellos
en empate. Sus primeras peleas le vieron fajarse entre el peso medio y el peso
semipesado. Por su rabia, su dureza, su estilo y por su boxeo casi suicida se
le empezó a llamar “El Toro del Bronx”.
Cuando supero los 30 combates
profesionales (con un record de 27 victorias, 4 derrotas y 2 empates) le llego su primera gran oportunidad: se
enfrentaría a Sugar Ray Robinson el
2 de octubre de 1942 en el debut de Robinson
en la categoría de los pesos medios. Ganó Robinson,
pero a todo el mundo sorprendió como el púgil del Bronx tumbo a Sugar Ray
en el primero. Se volverían a enfrentar el 5 de febrero de 1943. En aquel
combate se vivió uno de los mejores asaltos de la historia del boxeo (el
octavo) y en aquel combate Sugar Ray
Robinson sufrió su primera derrota profesional, ya que LaMotta se hizo con la victoria por decisión unánime tras 10
durísimos asaltos. LaMotta y Robinson volverían a enfrentarse hasta
en cuatro ocasiones más (la siguiente apenas 21 días después de la primera derrota
de Sugar Ray) ganado todas ellas
Robinson.
El carácter de LaMotta y la dureza de su vida se
reflejaba en sus maneras sobre el cuadrilátero (buscando siempre el cuerpo a
cuerpo) y en sus pensamientos. Cuando Mike
Capriano le pregunto en el gimnasio en el que empezó ¿Por qué quieres
pelear?" LaMotta respondió: “No quiero, me obligan. Pelear es algo
natural para mí”. En otra ocasión, el duro boxeador dijo de sí mismo y su
estilo suicida: “Peleo como si no
mereciese vivir”. Fuera del ring era un hombre huraño, extremadamente
celoso, agresivo e irascible, que no dudaba en ponerle la mano encima a
cualquiera de las chicas que en ese momento estuviera con el si se sentía
traicionado. En cierta ocasión su mujer Vicky
dijo que Tony Janiro, su próximo
rival, era muy guapo. LaMotta lo
destrozo en 10 asaltos.
Como tantos otros italoamericanos
de renombre tuvo ciertos roces con la Mafia. En cierta ocasión se negó a
recibir a dos matones de la organización. A partir de ese momento su vida como
boxeador profesional entro en coma. Ningún promotor quería contar con él,
ningún rival quería retarle y la federación parece haberse olvidado del hombre
que hizo morder la lona por primera vez a Sugar
Ray Robinson. Aconsejado por su hermano y manager Joey (el cual tenía algunos lazos con la Mafia), LaMotta termino haciendo tratos con la
organización. Por su negativa a
colaborar en un principio tuvo que pagar un peaje alto que no fue otro que
amañar (invitándole a perder) el combate que le enfrentaría al asequible Billy Fox. Más tarde la Mafia le pide
20.000$ a fondo perdido para gestionarle un combate contra el Campeón del Mundo, el púgil francés Marcel Cerdan. Afortunadamente, aquella
apuesta le salió bien y derrota a Cerdan
(aunque sería más justo decir que le humillo) en Detroit para convertirse en Campeón
Mundial del Peso Medio.
No fue un gran campeón. Así fue, Jake LaMotta no fue un gran Campeón del Mundo del Peso Medio. El
púgil del Bronx se dio a la buena vida, se descuidó (su mujer Vicky llego a decir que le gustaba tanto
el cinturón de campeón que dormía con el puesto) y se dedicó a presumir más que
a entrenar. Sus defensas contra el italiano Tiberio Mitri le llevo a disputar los 15 asaltos y le vio vencer a
los puntos. Después derroto al francés Laurent
Dauthuille en los últimos segundos
del último asalto después de un combate que domino Dauthuille desde el principio (por cierto, combate del año 1950
para The Ring). Su última defensa
fue contra su gran rival Sugar Ray
Robinson al cual no pudo vencer perdiendo así (tras 12 asaltos y sin caer a
la lona) su título.
Su último combate contra Sugar Ray Robinson tiene el orgullo de
ser la pelea en la que se disputo el asalto más sangriento de la historia del
boxeo. El duodécimo round de la sexta pelea entre los púgiles fue una autentica
carnicería. Sugar Ray Robinson
estaba deformando el rostro de LaMotta
a placer pero en lugar de rehuir el cuerpo a cuerpo LaMotta le incitaba a que le siguiera castigando. Se dice que
muchos espectadores no pudieron hacer otra cosa que taparse los ojos ante tal
baño de sangre mientras que otros (incluida la esquina de LaMotta) gritaban al Toro del Bronx que se tirara. Finalmente el
árbitro paro la pelea sin que el púgil de origen italoamericano besara la lona.
Tras el combate LaMotta grito a Ray tan fuerte, enmudeciendo
prácticamente a la audiencia, que no había conseguido tirarle.
Tras la Masacre de Valentin (nombre con el que la prensa bautizo a aquel
combate y que no conviene confundir con la
Matanza del día de San Valentín) LaMotta
fue engullido por una espiral de alcohol y mujeres. Tras perder contra Robinson volvió a boxear en diez
ocasiones más terminando con un record de 5 victorias, 4 derrotas y un empate
(su ultimo combate fue una derrota). Por aquel entonces su mujer le abandono
cansada de sus palizas, de sus infidelidades y su alcoholismo. Por otro lado,
tras la pelea con Sugar Ray el
público y la prensa especializada le dieron la espalda. Todos aquellos que
habían vitoreado a un boxeador aguerrido, valiente y temerario ahora no querían
saber nada de él. LaMotta colgó los
guantes con un record de 83 victorias (30 de ellas por KO), 19 derrotas y 4
empates.
Cuando confeso que había amañado
el combate contra Billy Fox la Federación de Boxeo borró todos sus
registros (los cuales le acreditaban como uno de los más grandes de todos los
tiempos). Evidentemente y hasta la fecha está vetado ser nombrado Miembro del Salón de la Fama del Boxeo
y no fue invitado a ninguno de los homenajes celebrados a lo largo de los años
en honor de Sugar Ray Robinson (ni
si quiera al que le designaba como nuevo miembro del citado Hall of Fame).
Se cuenta que tras salir del
estreno de Toro Salvaje, Jake LaMotta le pregunto a su ex mujer Vicky: “¿De verdad que yo era así?”. Ella respondió: “No…eras peor”.
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